Desde marchar por un camino de baldosas amarillas hasta cocinar en Yorkshire, proteger híbridos mitad humanos mitad vampiros o levantar pesas en plena revolución robótica… la carrera de Max Parker ha sido todo menos predecible.
Y ahora, el actor británico da otro salto al vacío interpretando a uno de los personajes más complejos y poderosos de su trayectoria: el sargento Sullivan, en la nueva serie de Netflix BOOTS. 
 
Un actor que nació para transformarse
“Creo que me metí en la actuación porque tenía demasiada energía”, confiesa Parker entre risas. “De niño quería ser veterinario, doctor, policía… Ser actor te permite ser todo eso, aunque sea por un rato.”
Y esa curiosidad por vivir mil vidas distintas es justo lo que lo llevó a un papel que lo pondría al límite, no solo física sino emocionalmente. En BOOTS, Parker interpreta a un Recon Marine de élite que entrena a jóvenes reclutas en la década de los 90, cuando ser gay en el ejército no solo era mal visto, sino ilegal.
Pero lo que podría parecer un simple drama militar se convierte, en manos del guionista Greg Cope White (en cuya autobiografía se basa la serie), en una historia sobre identidad, dolor y redención.
 
El sargento que grita para no romperse
En pantalla, el sargento Sullivan impone miedo desde el primer minuto. Frío. Controlado. Implacable.
Pero detrás de cada orden y cada mirada de acero hay un hombre desgarrado por un secreto que podría destruirlo.
Parker recuerda que al principio no se veía a sí mismo como un instructor militar:
“En Hollywood, los sargentos suelen ser tipos mayores, enormes, con canas y voces de trueno. Yo pensé: ‘¿En serio quieren que sea yo?’ Pero mientras avanzaban las audiciones, empecé a entender quién era Sullivan, y cuánto de mí había en él.”
 
Sullivan no solo entrena a sus reclutas; lucha contra su propia naturaleza. Es un hombre que grita para no quebrarse, que descarga su furia en los demás porque no puede hablar de lo que realmente lo consume: su amor prohibido, su deseo reprimido, su miedo a ser descubierto.
“Todo lo que siente está acumulado como en una olla a presión”, dice Max. “Ser duro con los demás es su única forma de soltarlo.”
 
 
Mentor, enemigo, reflejo
Entre los reclutas destaca Cameron (Miles Heizer), un joven gay que ingresa a los Marines junto a su mejor amigo heterosexual. Sullivan, al reconocer en Cameron algo de sí mismo, intenta primero destruirlo. Quiere evitarle el mismo destino.
Pero cuanto más lucha por mantener la distancia, más ve en el chico una oportunidad de redención.
“Su meta al principio es que Cameron renuncie. No quiere que pase por lo mismo. Pero termina viéndose reflejado en él… y decide ayudarlo.”
 
Así, lo que comienza como una relación de miedo y rechazo se convierte en una conexión humana y casi paternal. BOOTS evita caer en clichés románticos y muestra algo más raro y valioso: la figura de un mentor queer, una representación escasa en la televisión contemporánea.
 
Entre secretos y redenciones
La serie, ambientada en los 90, retrata un mundo donde la masculinidad era una armadura y la vulnerabilidad, una amenaza.
Parker, que se identifica abiertamente como gay, reconoce que interpretar a Sullivan fue doloroso y liberador a la vez:
“Yo tengo la suerte de estar rodeado de amor y apoyo. Sullivan, en cambio, está rodeado de homofobia. Hasta sus amigos más cercanos lo juzgan. Imaginar eso te parte el alma.”
 
Esa represión constante explota cuando su relación con otro hombre, Wilkinson, se convierte en objeto de investigación. Es entonces cuando el personaje toca fondo: el militar que enseñaba disciplina se convierte en el soldado que huye de sí mismo.
“Intenta hacerlo bien, pero ya es tarde. Todo lo que pasa es consecuencia de sus propias decisiones, y lo sabe.”
 
 
BOOTS: más que un drama militar
Aunque el tráiler prometía uniformes, sudor y adrenalina, BOOTS es mucho más que eso. Es una historia de amistad, crecimiento y autodescubrimiento, con tintes de comedia, thriller y nostalgia noventera.
“Es una historia de madurez, pero sin género definido”, explica Parker. “A veces es divertida, otras desgarradora, y por eso creo que la gente se va a ver reflejada de maneras distintas.”
La presencia de Greg Cope White, autor de la obra original y exmarine real, aportó al rodaje una autenticidad emocional difícil de fingir.
“Verlo llorar en el set fue muy fuerte. Revivía todo. Y eso nos recordó que esta historia no es solo entretenimiento: es su vida.”
 
Para Max Parker, BOOTS no es solo un papel más en su carrera, sino un espejo que refleja lo lejos que ha llegado —y lo mucho que aún falta por recorrer— en la representación LGBTQIA+.
“Espero que las personas queer se sientan vistas. Pero también espero que los espectadores heterosexuales entiendan lo que significa vivir escondido, tener que elegir entre ser tú mismo o pertenecer. Al final, todos queremos lo mismo: ser aceptados y amados.”
 
Y con esa mezcla de dureza y vulnerabilidad, Parker convierte a Sullivan en un símbolo de resistencia silenciosa: un soldado que pelea dos guerras, una externa y otra interna.
Una historia que nos recuerda que, a veces, la batalla más difícil no se libra con armas, sino con la verdad.