Desde los pasillos de Doctor Who hasta los campos de entrenamiento militar en los años noventa, la carrera de Max Parker ha sido una constante reinvención. Pero con “BOOTS”, su nuevo papel en Netflix, el actor británico da un salto emocional y profesional que lo coloca en el centro de una conversación más grande: la del orgullo, la represión y la identidad queer dentro de un sistema que lo prohíbe.
La serie, basada en las memorias del escritor Greg Cope White, sigue a Cameron (Miles Heizer), un joven gay que se alista en los Marines junto a su mejor amigo heterosexual (Liam Oh). Ambos enfrentan las brutales exigencias de la vida militar mientras descubren quiénes son realmente. Al mando se encuentra el Sargento Sullivan, interpretado por Parker: un hombre rígido, carismático y aterrador, que entrena a sus reclutas con puño de hierro, pero que guarda un secreto que podría destruirlo.
Parker confiesa que dar vida a Sullivan fue una experiencia transformadora. “Es un personaje que se castiga a sí mismo, que ha vivido tanto tiempo ocultando lo que es que ya no sabe quién puede confiar en él”, explica. “Cuando conocí su historia, entendí que detrás de toda esa rabia hay un dolor enorme.”
 
Ambientada en la década de los noventa —cuando ser gay en el ejército estadounidense era motivo de expulsión, prisión o humillación pública—, BOOTS combina el realismo militar con un retrato íntimo de la represión emocional. Pero lo más interesante es que no recurre a los clichés románticos. Sullivan y Cameron no viven un amor prohibido, sino una relación de mentor y aprendiz, donde el mayor enseña al joven cómo sobrevivir a un entorno que lo destruiría si supiera quién es.
“Era importante mostrar otro tipo de vínculo entre hombres queer”, dice Parker. “La masculinidad gay no se limita al romance; también puede expresarse a través del liderazgo, la empatía y el sacrificio.” Esa decisión narrativa convierte a BOOTS en algo más que un drama militar: es una exploración de lo que significa ser fuerte sin dejar de ser vulnerable.
Durante el rodaje, el propio Greg Cope White —en cuya experiencia real se basa la serie— estuvo presente en el set. “Había días en los que lo veías llorar, porque revivía su pasado en tiempo real”, recuerda Parker. “Era una historia de verdad, de dolor y también de orgullo.”
Más allá del uniforme, BOOTS pone en primer plano una pregunta universal: ¿qué precio pagamos por ocultar quiénes somos?
El Sargento Sullivan vive esa contradicción en carne propia: su disciplina se convierte en un refugio, su autoridad en una máscara, y su silencio en una forma de sobrevivir. Pero cuando su relación con otro soldado es puesta bajo investigación, su mundo comienza a colapsar, obligándolo a enfrentarse a sí mismo y a decidir entre su carrera y su verdad.
 
Con su mezcla de drama, humor, erotismo contenido y ternura inesperada, BOOTS no solo habla de soldados, sino de todas las personas que han tenido que luchar por existir en espacios que los rechazan. Max Parker logra convertir a Sullivan en un espejo incómodo: un recordatorio de cuántos han tenido que gritar en silencio para poder vivir.
“Espero que los espectadores queer se vean reflejados, y que los heterosexuales entiendan cuán difícil puede ser simplemente existir siendo diferente”, dice el actor. “No quiero que la gente vea solo un drama militar. Quiero que vean una historia de humanidad.”
Y eso es exactamente lo que BOOTS ofrece: una historia sobre corazones blindados, deseos reprimidos y el poder de ser, al fin, quien uno es —aunque el mundo te diga que no puedes.